El fundamento de una cultura está en Cristo o en algun otro dios. Tomada en el Museo Nacional de Antropología e Historia. |
1 Pedro 2: 4-10
Pbro. Raymundo Villanueva Mendiola
Durante este mes estaremos llevando una serie de
sermones bajo el tema general: UNA CULTURA CRISTIANA. Haremos un llamado para
que a partir de las Escrituras comencemos a pensar en los diferentes aspectos
de la vida, como la política, la educación y la economía, para que podamos
someter todo a los pies de nuestro Señor. Toda la vida es del Señor. Hoy
precisamente empezaremos con el tema “Una Cultura Cristiana”. Permítanme
comenzar explicando lo que es la cultura, cultura es el desarrollo consciente
de las potencialidades de la creación, para la gloria de Dios o del mismo
hombre. Esto entonces indicaría que “cultura” es todo aquello que el ser humano
transforma o en lo cual se ve envuelto, por ejemplo, la manera de ser familia,
la forma de hacer política, o incluso las expresiones eclesiásticas, todas
ellas son parte del desarrollo que el hombre hace del mundo de Dios. Podríamos
pasar horas tratando de explicar las implicaciones de esta pequeña definición,
incluso podríamos hacer propuestas sociológicas o antropológicas, pero el
centro de esta predicación, es ver la cultura desde su raíz más profunda y
entonces proponer una cultura cristiana. Estaremos tratando el tema bajo 3
subtítulos, primero, que una Cultura Cristiana se expresa en toda la vida,
segundo que Tiene un fundamento firme, y tercero que tiene un propósito muy
claro.
-SE EXPRESA EN TODA LA VIDA
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente
por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como
piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para
ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Lo primero que encontramos en estos versículos es que
Jesucristo es la piedra viva y que tenemos que acercarnos a Él para ser
edificados. La semejanza que está tomando el Apóstol Pedro es la de un templo
que está siendo construido, del cual Cristo es la piedra que ha de marcar la
pauta para la construcción. Él fue rechazado por los hombres, recordemos que
los judíos rechazaron a Jesucristo y decidieron construir toda su existencia
sobre el fundamento de la autojusticia y del nacionalismo. Al establecer otra
cosa como fundamento están rechazando seguir la pauta de Jesús, y edificarse a
sí mismos, según sus esquemas políticos, sociales y económicos. Pero las
Escrituras nos dicen que Cristo Jesús, es una piedra viva escogida y preciosa
para Dios. Esto quiere decir que Cristo es el mejor fundamento que puede haber
para una construcción, y no solo esto, sino que también es la guía perfecta
para esa construcción. (Su muerte y resurrección fundamento de una nueva vida;
El poder de la resurrección)
De ahí que nos diga el bendito apóstol que debemos ser
edificados como casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer sacrificios
espirituales a Dios pro medio de Jesucristo. Tristemente en muchos de los
cristianos esta frase del apóstol es reducida en su alcance, y esto se debe a
que comúnmente entendemos la palabra “edificar” como provocar en los demás,
sentimientos o actitudes elevadas. Es fácil escuchar a un cristiano decir
después del sermón: fue de mucha edificación, o salí muy edificado. Como
queriendo decir, “era justo lo que quería oír” o “me hizo sentir bien” o “tuve
un encuentro con Dios”. Sin embargo, ser edificado tiene que ver más con ser
transformado que con una experiencia momentánea. Una transformación continua
del hombre y la mujer para reflejar el Reino de Dios en su vida. No puedes
decir que has sido edificado si sigues siendo igual, si sigues viviendo en el
pecado y limitando el Reino de Cristo a tu devoción personal. Pro ello nuestro
Señor nos dice que debemos ser edificados como casa espiritual y sacerdocio
santo. Al decir que debemos ser edificados como casa espiritual, se está
refiriendo no al templo físico, sino al templo espiritual que somos todos los
creyentes. Porque aunque cada uno es el templo del Espíritu Santo, todos los
creyentes somos edificados para la morada de Dios en el Espíritu. Los
creyentes, cada uno en particular, pero especialmente, como comunidad, son la
Casa de Dios, donde él habita pero también donde es adorado. El templo ya no
está limitado al terreno donde nos reunimos para adorar, sino que todo lugar
donde está el pueblo de Dios, es un lugar de adoración. Como en el principio,
todo el mundo era el lugar donde el hombre debía honrar al Señor, donde debía
vivir según sus mandatos, es decir el templo. Así los creyentes son edificados,
transformados para empezar a ver su mundo como el lugar de adoración.
De hecho el apóstol continúa diciendo que debemos ser
edificados como sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales a Dios
por medio de Jesucristo. Cuando escuchamos la palabra “sacerdocio” quizá
pensemos en dos cosas, en el sacerdocio de Aarón y en los sacerdotes católicos.
Está muy arraigado en la mente del mexicano la idea de que existe una casta de
personas especiales, y dotadas para poder servir a Dios, mientras que nosotros,
los comunes, solo podemos aspirar a recibir las migajas de estos superhéroes
espirituales. Pero la realidad es que ser edificado como sacerdocio santo,
quiere decir que cada uno de nosotros debemos ser transformados para el
servicio al Señor en todo lo que hagamos. En la Reforma Protestante, se
recuperó esta idea, la del Sacerdocio Universal de los creyentes. Desgraciadamente
en nuestros tiempos el sacerdocio universal se reduce únicamente a pensar que
no necesitas al pastor para orar o acercarte a Dios, lo cual es cierto, pero no
lo es todo. Las Escrituras nos enseñan en este pasaje específico que todos
somos sacerdotes para presentar nuestros sacrificios espirituales a Dios en
Cristo Jesús. El sacerdote del A. T. presentaba delante de Dios todo lo que los
oferentes traían, previo a ello se hacía un sacrificio que purificaba todo lo
ofrecido, este era el sacrificio por el pecado, solo así el oferente podía
quemar delante de Dios todo aquello que traía (comúnmente eran ofrendas de
alimentos, granos, y animales) símbolo de su gratitud y entrega al Señor. Hoy
nosotros también, ofrecemos delante del Señor sacrificios espirituales, en
griego es “ofrendas espirituales” y denotan todas las cosas que realizan los
hombres y mujeres dirigidos por el Espíritu Santo, es decir, en sometimiento a
la voluntad del Señor. Mi hermano, mi hermana, quiero que comprendas algo, todo
lo que tu haces, desde que te levantas, lavas tus dientes, cantas en la bañera,
preparas el desayuno, vas a tu trabajo, trabajas, haces cuentas, pagas deudas,
asistes a una conferencia, ves la serie, abrazas a tus hijos, juegas con ellos,
tienes relaciones con tu esposo (a), publicas en el facebook, subes una foto a
instagram o haces tus tareas encomendadas, es un servicio a Dios. Como
sacerdote santo, estás ofreciendo delante del Señor, no solo tu oración y
lecturas, o cantos, sino cada cosa, cada momento, cada instante está consagrado
al Señor.
Pero esto solo es posible a través de Cristo Jesús,
quien por su sacrificio en la cruz, limpió nuestras vidas y purificó nuestras
obras, para poderlas presentar delante de su Padre con dignidad. Todos y cada
uno de nuestros actos llevan la sangre de nuestro Señor como purificación pro
nuestros pecados, porque seguramente estarás de acuerdo conmigo, que aún
nuestras obras más perfectas y buenas, están manchadas, ya sea por el orgullo o
por ideas que van contra el Señor. Nuestro servicio no es perfecto, pero Cristo
sí, y él lo toma de nuestras manos y lo purifica para presentarlo al Señor. Así
mi hermano, la cultura cristiana entiende que toda la vida debe ser una
expresión de adoración a Dios, toda la cultura, desde la vida familiar, pasando
por la vida política, económica y social, toda ella debe expresar nuestra
devoción a Dios.
-TIENE UN FUNDAMENTO DIFERENTE
¿Pero cómo expresar esa devoción si no ha quedado del
todo claro que existen dos fundamentos para la vida humana? Por ello en la
siguiente sección Pedro nos explica que Jesucristo es la principal piedra del
ángulo, y que quien crea en él no será avergonzado. Asesorado por nuestro
hermano José Eduardo Castillo, Arquitecto próximo a graduar, me comentó lo
siguiente: “Esta piedra se encuentra en la esquina de la edificación, es la
primer piedra ya que en base a ésta el resto de las piedras serán colocadas. La
piedra del ángulo determinar la posición que va a tomar la edificación, además
nos sirve como estructura, ya que si se quita el resto de la edificación se
caería”. Esto indica mis queridos hermanos, que Cristo Jesús es dos cosas para
nosotros, fundamento y guía.
La Cultura Cristiana debe encontrar su fundamento en
Cristo Jesús. Él es el pou sto, el punto de apoyo a partir del cual empezamos a
reflexionar a partir de cualquier tema. Abraham Kuyper nos explica que debemos
regresar desde la Cruz a la creación. Podemos ver toda la vida desde Cristo
Jesús. Desde la antigüedad los hombres han tratado de encontrar un fundamento
firme para toda la existencia, Arquímedes dijo una frase emblemática, después
de inventar la palanca, “denme un punto fijo y moveré el mundo”. Ni los griegos
con toda su sabiduría, o los romanos con toda su fuerza, ni siquiera nuestros
ancestros con todos su sacrificios humanos, pudieron encontrar ese punto fijo a
partir del cual pudieran construir toda su existencia. Ese punto fijo nos ha
sido dado únicamente a los Cristianos. Y digo dado, porque no lo descubrimos
nosotros, sino que nos fue entregado por revelación de Dios. Cristo Jesús es el
fundamento de toda nuestra existencia, por eso podemos hablar de una cultura
cristiana, porque se fundamenta en el poder del Cristo Ascendido y Entronizado.
Él, que reina sobre todo, es digno de que construyamos una cultura que refleje
su Reino. Como dijo Pablo en otro lugar:
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean
tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por
medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las
cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18 y él es la
cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el
primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19 por
cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20 y
por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la
tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de
su cruz. (Colosenses 1).
Por eso Pedro nos dice que Cristo es la principal
piedra del ángulo, y como nos explica el hermano Eduardo, esta piedra del
ángulo determina la posición que tomará la edificación. Es decir, servirá como
parámetro para medir lo correcto o incorrecto en el edificio. Mis hermanos,
nuestro Señor Jesucristo nos dio dos mandatos: Ama al Señor tu Dios con todo tu
ser, y Ama a tu prójimo como a ti mismo. La importancia de estos mandamientos
es tal, que se les ha llamado el resumen de la ley. En todas y cada una de las cosas
que emprendamos debemos buscar que el Señor sea lo primero en nuestras vidas.
En la política, debemos desechar partidos, candidatos y teorías que vayan en
contra del Señor. Al igual que en las empresas debemos procurar que estas sean
manejadas por hombres y mujeres que temen al Señor y aman a su prójimo, cuyo
principal deseo no es la obtención de recursos para su propia gloria, sino para
la del Señor y el cuidado del hombre. O también en las Escuelas, debemos
recibir las enseñanzas que se proporcionan pasándola por el filtro de la fe,
¿son teorías que honran al Señor? ¿O son teorías que buscan imponer visiones
contrarias al Señor? Esta Cultura Cristiana entonces hará que surjan, no solo
iglesias, sino también, partidos políticos cristianos, escuelas y universidades
cristianas, restaurantes, empresas y sindicatos guiados por los principios de
la Palabra, que tengan a Cristo como fundamento y la gloria de Dios como propósito.
Si construyes sobre este fundamento firme, sobre esta
piedra angular, la obra que realices permanecerá, tendrá vigor, tendrá
eficacia, pero sobre todo, dará gloria al Señor.
Pero también existe otro fundamento. El apóstol nos
explica que hay gente que ha rechazado la principal piedra del ángulo, y han
buscado un fundamento diferente, y han seguido un camino totalmente diferente.
Este otro camino es el de una cultura que rechaza construir sobre la fe en
Cristo Jesús, y edifica sobre la incredulidad. En lugar de reconocer el
fundamento firme que tenemos en Jesucristo, los hombres han buscado el fundamento
en la Razón, como el criterio absoluto de verdad, rechazando el reclamo de
Cristo quien es proclamado como “la Verdad”. O también buscan fundamentar su
vida sobre el terreno de la sexualidad humana, a través de la llamada ideología
de genero, olvidando que el Señor por su
Palabra nos hizo hombre o mujer, desde el principio. Otros tratan de construir
la cultura a partir de la división de dos reinos, uno sagrado y otro secular,
pensando que pueden servir a Dios y a otras cosas a la vez. Esto lo puedes
notar cuando en las escuelas, las empresas, o los partidos políticos se
encuentran diferentes visiones que luchan por imponerse, y así ser quienes guíen
el destino de esas estructuras.
Hoy puedes notar esta lucha en la cámara de senadores,
en las escuelas, en los hospitales, incluso en redes sociales, una lucha para
que la vida en su totalidad se entregue al servicio de un dios falso. Pero
estos esquemas de vida no perduran, en realidad lo único que traen es
destrucción y corrupción de la buena creación de Dios. Por ello el Apóstol nos
dice que para ellos Cristo se convierte
en Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra,
siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
-TIENE UN PROPÓSITO MUY CLARO
El apóstol Pedro continúa hablando en términos
culturales. Porque aunque el cristianismo no está limitado a una nacionalidad,
los creyentes son descritos como linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, un pueblo adquirido por Dios. Sí, los cristianos somos esa nueva
humanidad que debe encarnar en cada una de sus tareas el llamado de Dios. Somos
llamados linaje escogido, y real sacerdocio, porque como participamos del
llamado Creacional de gobernar esta tierra y de dirigir todas las cosas que
hagamos para la gloria de Dios, como reyes y sacerdotes. Nuestro desarrollo del
mundo, nuestro desenvolvimiento personal, laboral o político, es un llamado del
Señor. Po eso también, somos comparados con una nación santa, o un pueblo
adquirido por Dios porque en una nación, en un pueblo se desarrollan los
ciudadanos en muy diferentes aspectos, ves a los ciudadanos involucrados en la
política, votando y siendo votados, o también los ves aprobando leyes o
protestando por estas. Los ves fundando empresas, vendiendo cosas o
comprándolas. Puedes verlos adorando a una deidad o renegando de ella. Los ves
formar familias, criar a sus hijos o abandonarlos. Toda la existencia de una
nación se ve afectada por la vida de sus ciudadnos.
La Nación Cristiana, el Pueblo cristiano debe
establecer una cultura cristiana, pro medio de escuelas, partidos políticos y
empresas cristianas, ¿para qué? El apóstol lo deja claro: “para que anuncien
las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Sí mi
hermano, el propósito de todas estas cosas no es la vanagloria de sus
fundadores, ni tampoco el gran progreso que podamos conseguir, más bien es
proclamar el poder de nuestro Señor Jesucristo. Esta proclamación es para que
todos puedan ver la grandeza de nuestro Dios, un Dios que domina no solo en la
vida privada de los hombres, sino en cada área en la que se involucran.
¿Quieres dar testimonio de la virtud de tu Señor? Entonces construye una
cultura Cristiana, tú antes no eras nada, así nos dice Pedro en el verso 10,
pero Dios te ha hecho parte de su pueblo. Antes el juicio estaba sobre ti, pero
ahora has alcanzado misericordia. Oh mi hermano, ¿no deberías entonces
entregarte con fuerza y vigor a esta tarea que nos apremia? Levántate y
construye una cultura que de gloria al Señor, y combate mi hermano, combate en
contra de la cultura que ha desechado a Cristo como su fundamento.
Comentarios
Publicar un comentario