Génesis 10
Pbro. Raymundo Villanueva Mendiola
El domingo pasado nos concentramos en tratar de que el
texto hiciera lo propio, dándonos a conocer que el espíritu que guiaría el
desarrollo cultural sería el del Señor Jesucristo. Él estaría a la cabeza de la
cultura, y el reino de Dios. Él es señalado, a través de la línea de Sem, como
el que habría de dominar la existencia entera. Aunque en muchas ocasiones
parezca lo contrario, Cristo está sentado en el trono, y como tal es nuestro
Rey. Hoy dejaremos claro que las naciones muy en su interior, desean ir en
contra de la voluntad de Dios. Dios había ordenado “fructifiquen y
multiplíquense, llenen la tierra”. Pero la humanidad no está dispuesta a honrar
a Dios, y necesitan crear lazos que los unan lejos de Dios. Las muchas naciones
que son mencionadas en lo que tradicionalmente se llama La Tabla de las
naciones, pueden ser colocadas en dos categorías: Naciones para la gloria del
hombre, o Naciones en la espera del prometido.
1.
Naciones
para la gloria del hombre.
Las Escrituras comienzan diciéndonos que la unidad de
la humanidad existe desde el principio del nuevo comienzo. Todos los hombres y
mujeres que habitan la tierra después del diluvio surgieron de Sem, Cam y
Jafet.
Partiendo de ahí se realiza la división de las tres
líneas genealógicas de la humanidad. En este caso, el escritor pone especial
atención a las naciones que de alguna forma tuvieron cierto contacto con Israel
en su momento. Comienza con la familia de Jafet. Jafet representa a las
naciones que habitaron al norte y al oeste de Palestina. Esto incluye las
proximidades del mar Caspio, hasta la zona del Egeo (Esteban Voth). Sus hijos
son: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. De los cuales podemos
identificar los hijos de Gomer que se refieren a los Cimerios que habitaban en
las regiones de Rusia y Ucranía actuales. También hace referencia a los escitas
(representados por Askenaz) que crearon el primer imperio nómada en Asia
central. También tenemos a Javán, quien representa a los pueblos jonios sobre
la costa de lo que hoy es Turquía, es decir, los griegos. Incluso uno de los
hijos de Javán es llamado Tarsis, que a menudo es identificado con España.
Recordemos que estas genealogías no solo nos están dando un conteo de hijos,
sino que nos están mostrando el origen de las naciones.
Este movimiento genealógico que se viene dando en
Génesis, es un avance histórico dirigido por el Señor hacia el propósito que Él
mismo ha señalado. Aquí podemos ver que el Señor sigue moviendo la historia,
esta es producto de la mano poderosa de Dios, y el surgimiento de las naciones
tiene que ver con el propósito aún oculto de nuestro Señor.
La siguiente sección nos habla de Cam, cuyos hijos nos
serán más conocidos a nosotros, ya que muchos de ellos son mencionados
profusamente en las Escrituras. Cam tiene cuatro hijos, Cus, Mizraim, Fut y
Canaan. Insistimos, estos nombres no solo hacen referencia a sus hijos como
tal, sino a las naciones que surgieron de ellos, a su vez, mientras que los
hijos de Jafet se encontraban en su mayoría al norte de Israel, la genealogía
de Cam empieza de sur a norte. Cus, representa a Etiopía, región más al sur de
Egipto que era habitada por gente de tez oscura. Mizraim es otro nombre para
Egipto. Fut se refiere a Libia, y Canaán abarca la zona que está al oeste del
río Jordán.
De los hijos de Cus sobresale Nimrod. Este personaje
es llamado “el primer poderoso en la tierra”. Este termino “gibbor” en hebreo
indica violencia, poder tiránico. Lo que parece indicar que lo novedoso con
Nimrod era que se convirtió en el primero en intentar unir a la humanidad bajo
su mando. Esto se hace notorio aún más cuando vemos que el principio de su
reinado fue Babel, donde los hombres dijeron: “construyámonos un nombre por si
fuéremos esparcidos sobre la tierra”. Este hombre está construyendo un imperio
mundial para poder tener a la humanidad sujeta a él, sometida y dominada por su
fuerza y vigor. De hecho la fuerza de Nimrod es descrita de tal forma que él es
llamado: “vigoroso cazador delante de Jehová”. En la cultura del Antiguo
testamento, especialmente en babilonia y Nínive los gobernantes eran pintados
como poderoso cazadores, una muestra de poder y dominio no solo sobre los
hombres sino sobre los elementos de los dioses, la naturaleza. De hecho esta
frase no debe tomarse como un alago, como si Dios estuviera aprobando la
conducta de Nimrod, más bien, la reprueba, la frase no es positiva, sino
negativa. Nimrod es un hombre que se rebela contra Dios. Y que dirige a su pueblo
en dicha rebelión contra Jehová. El desarrollo de las naciones lejos de Dios
siempre hará que surjan Nimrods, poderosos cazadores delante de Jehová, que
someterán al hombre bajo sus pesados yugos, y los pondrán a su servicio, en
rebelión a Dios.
Surgieron entonces más naciones que se rebelaron
contra el Señor, entre ellas las de Canaan: el jebuseo, el heveo, el amorreo,
el gergeseo, etc. Todas estas naciones son las que están bajo la maldición de
Dios, y son puestas en el mapa para señalar a aquellos que no pertenecen al
pueblo de Dios, y que dirigen sus vidas en rebelión contra el Señor, siguiendo
los designios de su propio y perverso corazón. Las naciones, tienen momentos
decisivos en su actuar comunitario e individual donde reflejarán a qué dios sirven,
a su gloria nacional o a la gloria de Dios.
2.
Naciones
en la espera del prometido
En la genealogía de Sem es de notar un personaje, que
pasa totalmente desapercibido en una lectura somera. Pero cuando ponemos
atención vemos que el propósito del texto se ha movido hasta este momento
particular. Los hijos de Sem representan a las naciones mesopotámicas, así como
tribus árabes del desierto. Pero lo más interesante es la mención de Heber.
Heber parece ser la raíz del gentilicio: hebreo. Heber y su hijo Peleg son los
ancestros de Abraham. Dios está dirigiendo la atención del hombre hacia su
propósito en este mundo.
Nótalo bien, empezamos con naciones al norte, muy al
norte de Canaan, después rodeamos la tierra de Canaan, con todas las naciones
de Cam, por último estamos viendo a una generación de hombres que apuntan hacia
algo mayor que ellos mismos. Dios sigue señalando que Él dirigirá la historia
del mundo contra todo pronóstico y labor humanos. Él sigue siendo el soberano.
Peleg incluso fue llamado así (Peleg:División), porque en su tiempo se repartió
la tierra. No debemos entender como algunos lo hacen, que esto se refiere a la
división de los continentes, sino que debemos entender por esta frase, la
división que causó el Señor en medio de la humanidad por medio de la confusión
de lenguas.
Lo que más me
impacta de esta sección es que contra toda posibilidad el Cristo viene en
camino. Se sigue abriendo camino en medio de un mundo malvado y perverso. En
medio del poderío político, militar y económico que pueden tener las naciones y
que lo utilizan para dominar sobre los hombres, el Cristo está avanzando, y no
solo eso, sino que también encontramos a los Hijos de Heber, esperando,
clamando y obrando para la venida de su Señor.
Aunque no me mal entiendas, pareciera que con lo que
digo todos los que descendían de Heber o la descendencia de Sem completa era
fiel al Señor, nada más lejos de la verdad. Aún entre ellos había quienes
habían abandonado la fe en el verdadero Dios, de hecho muchas de las naciones
mencionadas cayeron bajo el dominio de un corazón perverso. La preservación de
Abraham de la que posteriormente hablaremos se debe a un llamado por parte de
Dios. Es la obra de Dios la que preserva nuestras vidas de caer en el pecado y
sucumbir ante el paganismo y la incredulidad.
Hoy igual que siempre necesitamos la gracia de nuestro
Dios para poder seguir adelante en medio de este mundo que día tras día se
corrompe más y más. Necesitamos recordar que no proviene de nuestras fuerzas el
ser fieles a Dios, sino que proviene de su poder y su gracia. Mexico está ante
una decisión central en su existencia como nación, ¿honrará a Dios como su
Señor o seguirá sometiéndose a su corazón malvado y perverso? Tenemos la crisis
en la salud, producto del Coronavirus, y te quiero decir que este es el momento
para que confíes en Dios. Toma las medidas precautorias, pero no temas a la
enfermedad, teme al Señor. Las mujeres están sufriendo violencia de tal grado
que 10 mujeres son asesinadas diariamente, la pregunta es si las mujeres
encontrarán el refugio en el Dios verdadero, o en la falsa promesa del
feminismo. Nuestro país está atestado de violencia, día tras día, ¿a quién
iremos para ser salvados de estos terribles malhechores? ¿Al Dios que justicia juzga y pelea, o aquél
que nos promete abrazos en lugar de justicia?
¿Sobre qué bases vamos a construir nuestra nación?
Está la base del humanismo de Nimrod que busca someter al hombre por la fuerza,
por el dinero o por el sentimiento de hermandad universal. O está también el
cristianismo que señala al único que puede unir a la humanidad, hacer de dos
pueblos uno solo (Ef. 2:14): Jesucristo. Él quien se entregó por nosotros para
reunificar a la humanidad bajo la premisa del amor. Termino con la siguiente
cita de San Agustín:
“El linaje humano queda distribuido en dos géneros: el
uno, de los que viven según el hombre, y el otro, según Dios; y estos llamamos
también místicamente dos ciudades, es decir dos sociedades y congregaciones de
hombres, de las cuales la una está predestinada para reinar eternamente con
Dios, y la otra para padecer eterno tormento con el demonio… a los ciudadanos
de la ciudad terrena los produce la naturaleza corrompida con el pecado; pero a
los ciudadanos de la ciudad celestial los engendra l agracia, libertando a la
naturaleza del pecado; y así, los unos se llaman vasos de ira, y los otros
vasos de misericordia”. (San Agustín, La Ciudad de Dios. 398)
¿A qué ciudad perteneces tú?
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