INTRODUCCIÓN
NOMBRE DEL LIBRO
Génesis proviene de la palabra griega γένεσις que quiere decir “nacimiento, creación, origen”. Este nombre fue dado a partir de la traducción griega que se hizo del libro por los 70 en Alejandría del siglo III a. C. al siglo II a. C. Sin embargo el nombre hebreo original le es dado por la palabra inicial del libro. Esta palabra es: בראשית que se pronuncia “Bereshit” y quiere decir “En el principio”. Comúnmente este libro es llamado el libro de los comienzos haciendo referencia al nombre que tiene y a la historia que nos presenta.
PARA SABER MÁS: AUTOR, FECHA DE COMPOSICIÓN Y BOSQUEJO DEL LIBRO
Este libro, ha estado rodeado de mucha controversia, especialmente en lo referente a su autor. Tradicionalmente reconocemos que Moisés es el autor de este libro, aunque muchos estudiosos se inclinan a pensar que él tuvo poca o nula ingerencia en la escritura de este libro y que como tal fue escrito en una época muy posterior a la existencia de Moisés. Sin embargo, nosotros partimos de las evidencias internas del texto para afirmar que Moisés es su principal autor y que obviamente pudo recibir añadiduras y modificaciones a lo largo del tiempo. Todo ello bajo la guía soberana de nuestro Dios y su Espíritu. A lo largo del año 1400 a. C. es una de las posibles épocas de composición del libro de Génesis. Esto dependerá de dónde ubiquemos la salida del pueblo de Israel de Egipto.
El bosquejo del libro se obtiene de la división natural del libro. Esta división está marcada por dos palabras o frases, la primera es Bereshit y la segunda es otra palabra hebrea Toledot que quiere decir generaciones. Usted encontrará estas frases a lo largo y ancho del libro de génesis repartidas a veces en segmentos largos, y otros cortos, pero cada que aparece la frase “estas son las generaciones” significa que hay un avance en la trama del Reino de Dios. Este es el bosquejo.
1. LA CREACIÓN DEL REINO (Génesis 1 - 2:3).
2. EL HOMBRE SE OPONE AL REY (Génesis 2:4 – 4:26).
3. EL REY JUZGA MISERICORDIOSAMENTE (Génesis 5:1 – 9:29).
4. EL REY GUÍA LA HISTORIA (Génesis 10 – 11:9).
5. EL REY TIENE SÚBDITOS FIELES (Génesis 11:10-11:26 y del 11:27 al 25:11).
6. EL REY GUÍA A SUS SÚBDITOS (Génesis 25:12 hasta el 35:29).
7. EL REY PRESERVA LA CULTURA DEL REINO (Génesis 36:1 hasta el final).
Hoy (18/02/2018) veremos de manera panorámica de qué trata el Génesis. Básicamente la Tésis que sostengo es que el libro de Génesis habla de EL COMIENZO Y AVANCE DEL REINO DE DIOS, esto a pesar de la ineptitud y rebelión humanas.
1. EL CREADOR Y SUSTENTADOR DE SU REINO.
Cuando se nos enseña Génesis comúnmente lo que recordamos es que Dios hizo muchas cosas en los 6 días de la creación y que muchos hombres y mujeres le sirvieron, incluso se nos invita a ser como ellos y a imitar su ejemplo. Se nos dice que debemos ser buenos como Abel, fieles como Abraham, puros como José, y luchadores como Jacob. El problema de este enfoque es que se concentra demasiado en el ser humano y olvida al Dios que nos habla en las Escrituras.
Otro problema es que el libro de Génesis es visto como una descripción del pasado remoto e inalcanzable que no tiene relación directa con nuestra vida hoy. A excepción, como he dicho, de todo aquello que se refiere a principios morales. Se describe la creación y no se nos dice el punto principal del por qué el ser humano fue creado. Se pasa por alto este mensaje tan maravilloso.
A lo largo de todo Génesis encontramos una gran verdad: Dios es el Creador y sustentador de su Reino. Por su Palabra de Poderosa ha dado origen de la nada a todo lo que existe. De la misma forma, su Espíritu Santo estuvo y está involucrado activamente en hacer que su creación continúe en sujeción y obediencia a la Ley que Él le ha dado. Este mundo es el lugar donde Dios gobierna y dirige a través de su Ley, es decir, este mundo, esta creación es su Reino. (Gén. 1:1; 1:3; 2:2; 2:17)
Hoy por esa misma Palabra, todo lo que hay en la creación sigue existiendo. Dios no ha retirado su Palabra que dio en el principio (2 Pedro 3:7) y mucho menos se ha retirado el Espíritu Santo de su obrar en la creación.
Por ello, Él, como el Creador y sustentador de su Reino, ha mandado al hombre que investigue y profundice en su creación. Descubriendo las Leyes que Él ha puesto en su mundo y por medio de ellas servirle en fidelidad. He ahí el propósito de la vida humana, he ahí la labor característica de ser humano: Desarrollar este mundo en servicio fiel y obediente al Señor, nuestro Rey.
2. EL REDENTOR DE SU REINO.
Sin embargo el ser humano se rebeló contra su Creador. Y buscó el camino a la independencia de Dios, creyendo que él por sí mismo podría ser que regulara y dirigiera la creación. El hombre quiso y aún quiere establecer su propia ley sobre lo que existe, suplantando al Creador y su maravillosa Ley.
Cuando el hombre, por consejo e instigación de la serpiente, se rebeló contra su Creador, no consiguió lo que quería, se vio a sí mismo engañado, desnudo y solo, y aún peor, en rebelión contra su Rey. El hombre y la mujer ahora están condenados a muerte por su acto de rebelión y todo lo que ellos hagan está destinado a ser desechado por el paso del implacable tiempo que todo lo acaba por destruir. Sus labores ahora ya no tienen propósito, ya no hay más destino glorioso para el ser humano, ahora solo existen espinos y cardos, dolor y aflicción, y al final, la muerte.
Todo ello es consecuencia de su rebelión, de su separación del Rey y Creador de todo lo que existe. Sin embargo el Rey no deja las cosas así. Promete que, aun a pesar de la maldad humana, Él enviará a uno que destruirá el poder de la Serpiente (Génesis 3:15) y eliminará todas las consecuencias que trajo la rebelión, trayendo una vez más la bendición que el hombre se negó a recibir (Génesis 22:18).
Dios mismo es quien se encargará de cumplir y llevar a cabo esta promesa, por ello hace el Pacto con el hombre de que Él cumplirá fielmente lo que ha prometido y que nada impedirá que se lleve a cabo. Ni la maldad del hombre (Génesis 6:5), ni los asesinatos (Génesis 4:8), ni las condiciones de esterilidad (Génesis 11:30, 25:11, 29:31), y mucho menos las vicisitudes y problemáticas sociales y económicas (Génesis 41:54) lograrán evitar que el Rey cumpla su promesa. Porque al final vendrá Aquél que aplastará la cabeza de la serpiente y nos liberará de su dominio: Nuestro Señor Jesucristo, el heredero del Rey.
3. EL QUE GUÍA SU REINO.
Cuando lees el libro de Génesis no puedes evitar darte cuenta de que cada cosa que sucede, cada acto humano es una respuesta fiel o en rebeldía a la Palabra Ley que Dios estableció en el principio. Cada uno de los actos concretos del hombre reflejan su confianza o duda respecto a la promesa que Dios ha dado.
Dios, a través de su Ley, como todo buen Rey, va gobernando y dirigiendo su Reino. Así, el hombre responde a esta Ley en una de dos formas, o en rebelión o en sujeción a su Voluntad. Encontramos que Dios guía el avance cultural del ser humano cuando estos comienzan a construir ciudades, tanto los hijos de Dios como los hijos de la serpiente, ambos construyen ciudades, la diferencia está en que unos (los hijos de la serpiente, Génesis 4:17) lo hacen para ser dioses, y los otros (los hijos de Dios, Génesis 4:26) lo hacen para honrar al Rey que ha creado todas las cosas.
Ambos, tanto los hijos de Dios como los hijos de la serpiente incursionan en las diferentes labores de la humanidad, como la ganadería (Gen. 4:2) la Agricultura (Gen. 4:2). La música (4:21), y la metalurgia (4:22). Ambos incursionan y desarrollan el mundo de Dios, cumplen la labor que se les ha dado desde el principio, pero unos lo hacen en rebeldía, sumiéndose en el placer de este mundo. Mientras los otros, como Abel, ofrecen todas sus labores en obediencia y servicio al Rey.
A lo largo de todo el libro de Génesis encontraremos estas respuestas culturales que el hombre da a la Palabra-Ley de Dios. Cuando el hombre identifica claramente la Ley que Dios le ha dado y responde en Amor y obediencia, es debido a que el Rey está, por medio de su Espíritu Santo, dirigiendo cada día la labor del hombre. Dicho Espíritu continúa cada día, hasta hoy, impulsando el desarrollo de la creación en obediencia al Creador.
CONCLUSIÓN.
Dios es el Rey. Muchos preguntan ¿De qué es Rey? Entre las muchas respuestas que dan los cristianos están las siguientes: Es el Rey de mi vida; de mi alma; de mi familia; o de la Iglesia. Hay quienes llegan a atinar a decir que es el Rey de todo lo que existe. Sin embargo viven como si no lo fuera. En su boca confiesan que es el Rey de todo lo que existe pero con sus actos viven como hijos de la serpiente. Hoy vengo a proclamarle a todo aquél que tenga oídos para oír que Jesucristo es el Rey de Toda la Vida y que no hay un solo aspecto que no reclame como suyo. Él es el Rey, tú y yo somos sus siervos. Y cada actividad que realizamos debe estar en sujeción a Él, ese es el Evangelio, esa es la proclamación que traemos cada día y que Génesis nos impone. ¡Créelo y vivirás!
-Pbro. Raymundo Villanueva Mendiola
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